La izquierda en Colombia es hoy una fuerza política con mayor vocación de poder y enormes posibilidades de triunfo, y no una expresión marginal o a la sombra de quienes históricamente han tenido el control de la opinión y monopolizado hasta su degradación las instituciones del Estado.
Orlando Ortiz Medina*
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| Foto:Telesur |
Lo es también si se compara con eventos de similar naturaleza realizados en periodos anteriores, especialmente la consulta del Partido Liberal en 2017, que no alcanzó los 800.000 votos, o la del Polo Democrático en 2009 en la que se contabilizaron menos de 500.000. Además, por ser una elección en frío -que no coincide con ningún otro evento electoral-, se dispone de menor infraestructura y condiciones logísticas; por ejemplo, una menor cantidad de puestos y mesas de votación que limitaron la participación de un gran número de personas, especialmente de las zonas rurales.
Visto así, el caudal real de los votos logrados en la consulta pudo haber estado alrededor de los tres millones. Pero, más allá de las cifras, que desde luego son importantes, son otros los aspectos a destacar de esta jornada que prácticamente abre el camino hacia las elecciones de Congreso y Presidencia de la República en 2026.
Una izquierda fortalecida
Lo primero a resaltar es que hoy el país tiene una izquierda con mayor protagonismo y capacidad de representación en el escenario político, más cohesionada, con mayor solidez organizativa y en la que el perfeccionamiento de sus mecanismos de democracia interna le aseguran una más calificada participación de sus bases.
La afinación de sus principios democráticos incluye la paridad de género en la configuración de las listas al Congreso de la República, mediante el sistema de cremallera, que alterna hombres y mujeres en el orden de inclusión, lo que significa también un avance en el sistema de organización partidista y en general de la cultura política en Colombia.
Adicionalmente, la nueva nómina de aspirantes a Cámara y Senado elegida el 26 de octubre deja ver una composición en la que tuvieron cabida tanto diversas colectividades políticas de la izquierda y el progresismo, como sectores sociales que sin estar necesariamente adscritos a ellas aspiran a tener representación en el Congreso.
Así las cosas, la izquierda en Colombia es hoy una fuerza política con mayor vocación de poder y enormes posibilidades de triunfo, y no una expresión marginal o a la sombra de quienes históricamente han tenido el control de la opinión y monopolizado hasta su degradación las instituciones del Estado.
Una izquierda que, a diferencia de otras fuerzas políticas, ha construido una agenda más conectada con los grandes problemas nacionales y al mismo tiempo en sintonía con los cambios y demandas que imponen las dinámicas internacionales. Asimismo, que ha sido prohijada por un movimiento social cada vez más protagónico, con el que avanza en un proceso en el que se resignifican y depuran las prácticas políticas, que de paso le ha permitido ganar terreno e irse sobreponiendo a las viejas estructuras hegemónicas.
La votación alcanzada es una clara manifestación de respaldo al Gobierno de Gustavo Petro y del ánimo de continuidad con el proceso de cambio que le asiste a los sectores políticos y sociales que lo llevaron a la presidencia en 2022.
Respaldo a Gustavo Petro
La votación alcanzada es una clara manifestación de respaldo al Gobierno de Gustavo Petro y del ánimo de continuidad con el proceso de cambio que le asiste a los sectores políticos y sociales que lo llevaron a la presidencia en 2022. Es una manera de reconocer que ha mantenido su coherencia y que ha jugado su capital político a favor de sectores que, por primera vez, saben que cuentan con un representante en cabeza del ejecutivo.
Hay una ciudadanía que reconoce las reformas sociales que han estado en la médula del Gobierno, incluidas las políticas económicas, claramente orientadas a mejorar la calidad de vida, disminuir la desigualdad y la pobreza y sacar de la exclusión a sectores que estaban condenados a la marginalidad.
Logros como la reforma laboral, la reforma pensional, el aumento significativo del salario real de los trabajadores, la mejora en el sistema de remuneración a miembros de las fuerzas militares, la gratuidad en el acceso a las universidades públicas y la entrega de un subsidio permanente de vejez a miles de madres comunitarias, constituyen, entre otros, un legado importante de las políticas de Gustavo Petro.
No es fortuita una reducción de la pobreza monetaria que llega a su cifra más baja desde 2012, una tasa de desempleo que alcanza el nivel más bajo en lo que va del presente siglo y, aunque leve, una reducción también de la tasa de informalidad.
Ha habido también una significativa reducción de la inflación, que, como se sabe, con su incremento golpea especialmente a los sectores de más bajos ingresos. Su reducción ha sido de alrededor de 8 puntos en el actual gobierno, al llegar al 5.18 en septiembre de 2025, luego de haber cerrado en 13.12 en 2022.
Vale resaltar, además, el crecimiento significativo que ha tenido el sector agropecuario, 7.1% en 2025, incluyendo la entrega de tierras y la formalización de 1.5 millones de hectáreas, lo que sin duda ha impactado en las condiciones de vida especialmente de la población campesina.
Existe un acople entre el gobierno nacional y las regiones y sectores sociales que hoy se sienten más representados.
Todo este conjunto de factores explica, en parte, el amplio apoyo reflejado en las urnas, en el que hay que relievar el importante crecimiento en las zonas tradicionalmente más apartadas del país (Nariño, Cauca, Chocó, algunas regiones de la Amazonía y la costa atlántica, principalmente). Esto tiene un significado especial porque es allí en donde viven las personas en mayores condiciones de pobreza y vulnerabilidad. Una confirmación del acople que existe entre el gobierno nacional y las regiones y sectores sociales que hoy se sienten más representados.
Puede leerse también como un indicador del foco que ha puesto este Gobierno en corregir los sesgos centralistas y contribuir a cerrar las brechas derivadas de la forma como se han orientado las estrategias de desarrollo y las políticas de asignación presupuestales.
Claramente esta vez se habló con más fuerza desde los territorios. Sin embargo, es necesario un análisis más detallado de lo que ocurrió en algunas de las principales ciudades y departamentos, tales como Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca y Meta, en donde hubo una reducción significativa de la participación, teniendo en cuenta que son definitivas tanto para las elecciones legislativas como las de la presidencia de la república.
Iván Cepeda Castro, la continuidad del cambio
El triunfo de Iván Cepeda en la consulta lo posiciona como uno de los candidatos más opcionados para disputar la presidencia en 2026. Es un referente especial de líder, ajeno a todo tipo de arrogancias, despojado de cualquier ánimo caudillista y respetuoso siempre a la hora de confrontar a sus adversarios. Es alguien sin mácula, de una estatura ética a toda prueba, con carácter tranquilo, sosegado y suficientemente conocido por su lucha contra la desigualdad, la defensa de los derechos humanos y de los intereses de los sectores más desprotegidos.
Una de sus mayores fortalezas como candidato es el estrecho vínculo que mantiene con los sectores sociales que luchan por una mayor representatividad y protagonismo en Colombia, y que han sido la espina dorsal del Gobierno de Gustavo Petro
Si bien su historia, sus ideas, sus propuestas, tienen el sello de una izquierda militante y comprometida, es ajeno a posiciones sectarias y dogmáticas, lo que guarda coherencia con su formación del filósofo que se toma el tiempo para discernir y saber cómo y en qué momento expresa sus opiniones, siempre dentro de la sindéresis y el respeto a sus contertulios o contradictores. Ética y democracia son en él, antes que nada, una forma de vida.
Una de sus mayores fortalezas como candidato es el estrecho vínculo que mantiene con los sectores sociales que luchan por una mayor representatividad y protagonismo en Colombia, y que han sido la espina dorsal del Gobierno de Gustavo Petro. Indígenas, campesinos, jóvenes, estudiantes, ambientalistas, mujeres, comunidades diversas, el movimiento de víctimas, etc., reconocen en Iván a una persona de toda su confianza y una segura representación de sus intereses.
Iván hará sus balances y sopesará fortalezas y debilidades. Con ánimo constructivo seguirá cosechando sobre lo que se ha logrado avanzar en esta primera experiencia de un gobierno de izquierda en Colombia, que está demostrando que es posible gobernar para todo un país y no solo para quienes hasta ahora se habían sostenido en sus privilegios.
La tarea ahora es seguir trabajando con todo el entusiasmo para que en la consulta que se realizará el próximo mes de marzo Iván Cepeda se posicione como el candidato del frente amplio y, ojalá, en mayo en la primera vuelta se consagre como el nuevo presidente de la república.
*Economista-Magister en estudios políticos






